Póliza versus Préstamo

La finalidad de la financiación debería determinar el producto más adecuado: préstamo para inversión y póliza o multilínea para circulante.

En el caso de una inversión, un primer planteamiento sería la obtención de un préstamo con carencia -difícil pues las entidades son reticentes-. Sin embargo, no siempre la teoría es la mejor opción.

Cuando podemos disponer de un producto de circulante -póliza de crédito- a un plazo superior a un año, y podemos comprometernos a utilizarlo debidamente, es decir, utilizado la cuenta para ingresos y pagos con recurrencia para demostrar a la entidad nuestra vinculación y trabajando con ellos con transparencia, nos permitiría mejorar nuestro cash flow y nuestra tesorería de manera radical.

¿Por qué? Pues porque al no tener que realizar amortizaciones mensuales dispondríamos de un remanente -el capital no amortizado- para financiar el día a día de la empresa -las necesidades operativas de fondos-.

La clave del éxito es conseguir la renovación de esta o en el peor de los casos, plantear un préstamo para su devolución -no una refinanciación-. En ese caso, habremos mejorado nuestro disponible en un entorno de tipos de interés elevados y plantearemos su prestamización, esperemos que con unos intereses más beneficiosos.

Desde Capital Focus hemos aconsejado la utilización de dicha fórmula mediante la obtención de pólizas a 3 años para mejorar la tesorería, el ROI y el margen neto.