Tracción y dirección

Sin financiación, la empresa no tiene recorrido -igual que sin combustible el coche no se desplaza-, pero tampoco tiene sentido obsesionarse con la tracción si no tenemos clara la dirección.

Las nuevas tecnologías aportan infinidad de oportunidades -¿Quién podía imaginarse que el teletrabajo sería “obligatorio”?- que debemos traducir en incrementos de productividad en las PYMES.

La realidad es que son las startup y las tecnológicas las que monopolizan sus ventajas, mientras la productividad sigue estancada desde la última crisis del 2007 en el resto de empresas pequeñas, medianas y grandes.

El riesgo de no aumentar la rentabilidad es convertirnos en una empresa zombi, capaz de pagar los intereses -mientras el Euribor continúe en negativo- pero no de amortizar capital.

Es importante obtener financiación, y también aprovecharla para incrementar nuestra productividad potenciando la tecnología en los procesos y procedimientos, operaciones, marketing, gestión… para no caer en la trampa de dependencia de la liquidez por la escasa rentabilidad. Primero dirección, luego tracción.