¿Cuándo debería solicitar financiación al banco?

El coste del apalancamiento con un banco o caja de ahorros está sobre el 4%, mientras que un inversor nos pedirá una rentabilidad mínima del 12%. Además, hay que saber instrumentalizarlo para evitar intromisiones en la gestión y/o ampliaciones de capital que reduzcan nuestro control. Por lo que está clara cuál es la opción más económica en términos de coste financiero y de gestión.

¿El mejor momento? Es cuando la justificación de la financiación sea una mayor rentabilidad para el negocio. Es decir, nos apalancamos para ganar más dinero y, como queremos ganar más dinero, vamos al banco, pues es la mejor opción. Acudir a una entidad financiera porque no tenemos dinero y no podemos pagar a los proveedores es pegarse un tiro en un pie. Si es para devolver o amortizar otro préstamo bancario, de un tiro te vuelas los dos pies. Sin embargo, este es uno de los errores más graves: el pensar que los bancos están para ayudar a las empresas con problemas —si necesitas dinero, no se lo pidas al banco—.

Las empresas en crecimiento, sí o sí, necesitarán más circulante —provocado por el mayor saldo de clientes, stock y tesorería—, normalmente un porcentaje de las ventas, por lo que el anticiparse es fundamental: esperar a solicitarlo cuando ya hemos vendido un 30% más nos pone en la cuerda floja y puede hacernos morir de éxito. En cuanto las ventas mensuales se disparan, debemos ponernos manos a la obra y contactar con los diferentes proveedores financieros para obtener ese circulante extra que vamos a necesitar.

Con el cierre de septiembre, tendremos una foto de cómo ha ido el año —si cumplimos, sobrepasamos o no llegamos al presupuesto planificado—. Dispondremos del modelo 200 del 2024 y pronto tendremos tres trimestres cerrados, por lo que la foto ya no estará tan borrosa y es el momento de solicitar más OPEX. ¡No dejemos que nos pille el toro sin circulante!