¿Dónde está el dinero?

Recientemente nos ha contactado un empresario con tensiones de liquidez, a pesar de presentar en los últimos ejercicios un Cash Flow Operativo importante. ¿Cómo es posible que no pueda pagar puntualmente a mis proveedores si genero un flujo de caja positivo?

El Cash Flow Operativo es un indicador rápido de la “caja” que genera un negocio, pero hay que analizar los compromisos adquiridos con proveedores financieros —amortización de capital y variaciones en las pólizas de circulante—, las nuevas necesidades de inversión en inmovilizado —material e inmaterial— y las mayores necesidades de activo corriente —clientes y existencias—.

Una empresa en crecimiento necesita invertir en nuevos equipamientos —maquinaria, moldes…— y nuevos proyectos —patentes, marcas, desarrollos informáticos…—, consumiendo parte del Cash Flow Operativo generado. Además, mayores ventas implican un incremento de saldos pendientes de cobro, de trabajos en curso y de existencias —stock de seguridad— para poder hacer frente al incremento de ventas.

Resumiendo, “el diablo se esconde en los detalles”: el Cash Flow Operativo es un indicador que, de forma rápida, nos muestra la capacidad de generación de caja de la empresa, pero si queremos conocer con exactitud la cobertura de dicha caja para abordar nuevos proyectos o, incluso, para una valoración financiera de la misma, debemos utilizar el Flujo de Caja Libre, que nos indica con precisión los fondos disponibles para distribuir a los inversores, proveedores de capital propios y deuda.