Inflación y financiación

Hablamos de inflación cuando se produce un aumento general de los precios que da como resultado que por cada euro puedan adquirirse hoy menos bienes y servicios que ayer. Esto quiere decir que la inflación reduce el valor de la moneda con el tiempo.

Según datos de Eurostat, la tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en mayo en el 8,1%, frente al 7,4% registrado en abril y mayo, la mayor subida de los precios en la región de toda la serie histórica y cuatro veces más pronunciada que la registrada un año antes (2%).

A pesar de que el alza en la tasa de variación del IPC es todavía un fenómeno básicamente energético, poco a poco se está extendiendo al conjunto de la economía y la hipótesis en la que trabajan los bancos centrales europeos es que la situación persistirá durante 2022 y parte de 2023.

Al mismo tiempo, comienza a reconocerse que la duración de esta situación será mayor de la inicialmente prevista, por lo que las empresas deben buscar vías para garantizar su liquidez y poder atender sus gastos en el corto plazo.

 

Impacto de la inflación sobre las empresas

Para combatir el alza de los precios, las empresas deben marcar sus propias estrategias, ya que una inflación elevada trae como consecuencias que:

• el poder adquisitivo de los consumidores se vea afectado negativamente  

• aumenten sus costes de producción

• se altere el equilibrio entre la oferta y la demanda

Una inflación prolongada en el tiempo puede reducir los ingresos de la empresa, provocando que la liquidez a corto plazo se resienta, por lo que se tendrá que encontrar soluciones para mejorar el circulante.

 

¿Qué puede hacer la empresa?

Desde el punto de vista de la financiación, puede incrementar el capital circulante a través de dos vías:

1. Reducir los periodos de cobro a los clientes e intentar incrementar los plazos de abono a los proveedores. Si el periodo medio de pago es mayor que el periodo medio de cobro se produce un ciclo de caja positivo, lo que redundará en una mayor liquidez para la empresa.

2. Recurrir a fuentes de financiación externas, siendo la principal de ellas el canal bancario.

 

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